Hacer que tu equipo esté agusto en su lugar de trabajo, vaya contento a la oficina, entienda cómo tiene que trabajar y actúe como un grupo es sencillo. Sólamente hay que aplicar una idea que parece que muchas veces se nos escapa:
Los desarrolladores también somos personas.
Empezando por la selección de personal, la manera en la que se gestionan las desviaciones, el espacio de trabajo, la formación interna, la motivación, explicar el valor del trabajo ...
Hay una vida detrás de esas 8 horas diarias que le vendemos al cliente, y detrás de ese hito que tenemos que ser capaces de que alguien nos acepte. Una persona con sus inquietudes, sus aspiraciones, su familia.
Esta charla está dirigida a todas las personas con sensibilidad (si eres un cabrón despiadado no vengas a la charla, porque llamaré a los de seguridad) que formen parte de un equipo de desarrollo.